El rebusque, cuento

Los hermanos petardo le decían en aquel pequeño pueblo a los tres hermanos Lorenzo; los habían bautizado con este nombre porque decían que eran como los petardos, pronto estallaban, tenían bastante mal humor, eran atrevidos y bastante sinvergüenzas. 

Eran unos adolescentes bastante picarones, no solo inventaban travesuras para hacer quedar mal a sus compañeros de escuela sino que además galanteaban a las chicas del barrio con piropos; algunas veces con un vocabulario no muy culto. 

Lo cierto es que cada tanto con algún Padre de familia se le armaba alguna trifulca y tenían que salir disparados buscando llegar rápido a la chacra de sus padres para buscar algún tipo de protección que no siempre la conseguían ya que los padres conocían muy bien cómo eran sus hijos y más de una vez los dejaron en penitencia por sus travesuras.

Damián el mayor de ellos recuerda incluso, algún chancletazo de la madre luego de hacer alguna travesura. 

Con el tiempo y algo más crecidos se la fueron ingeniando para tener siempre algún rebusque, algo con lo cual ganar dinero, incluso tomándole prestados los huevos de las ponedoras del vecino para comercializarlos. 

Y luego llegar a la casa del vecino diciendo que habían casado un zorro que posiblemente era el que le estaba comiendo los huevos de las ponedoras, no siempre le creían pero a veces la estrategia daba buenos resultados y por un tiempo todos andaban convencidos de que le habían hecho un favor Los hermanos Lorenzo cazando el zorro.

Pero como toda mentira tiene pata corta, un día el dueño de las gallinas los encontró, y a pesar de que han pasado varios años aún recuerdan los perdigones de la escopeta que rozaban sus cuerpos mientras disparaban tratando de alejarse de aquel buen señor, dueño de las ponedoras.

Omar Salgado